En el año 2017, hasta la fecha, se ha observado un considerable número de desastres relacionados con el tiempo y el clima, desde un conjunto de fuertes huracanes en la cuenca atlántica a las crecidas en África Occidental y Asia, o las severas sequías en el Cuerno de África, Sri Lanka, Sudáfrica y otros lugares. Poblaciones en aumento, pobreza y viviendas precarias en los desiertos, en las llanuras inundables y en las zonas bajas dejan a muchos países cada vez más vulnerables frente a este tipo de desastres. Un fuerte temporal o sequía puede reducir hasta en un 30% el producto interior bruto anual de un país en desarrollo. Las naciones que carecen de infraestructura y capacidad como para disponer de sistemas adecuados de alerta temprana o servicios climatológicos eficaces están particularmente expuestas al riesgo, e invertir en estos sistemas y servicios puede implicar, por lo tanto, una contribución esencial al desarrollo nacional.
Quedan retos por superar. En este número del Boletín de la OMM, los principales expertos exploran cómo los servicios meteorológicos, climáticos, hidrológicos, marinos y ambientales afines están ayudando a que los países pongan en marcha la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Mientras que cada artículo se centra en un ODS concreto, los autores claramente reconocen que los 17 ODS y la Agenda 2030 proporcionan un único programa integrado de actuación. La naturaleza transversal de los ODS es una de las principales razones por las que la OMM y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) están construyendo y fortaleciendo activamente sus asociaciones con otras comunidades, sectores y disciplinas.
La demanda de servicios accesibles y precisos seguirá creciendo en los próximos años. Con 2017 en camino de convertirse oficialmente en uno de los años más calurosos, y las concentraciones de gases de efecto invernadero aumentando hasta niveles alarmantes, esta creciente demanda está en buena parte siendo impulsada por la preocupación por el cambio climático y los patrones variables del tiempo, la hidrología, los temporales, las crecidas y las sequías; lo que a su vez refleja el reconocimiento de que los desastres naturales menoscaban la estabilidad a largo plazo de las sociedades y economías, obstaculizando con frecuencia el progreso del desarrollo sostenible durante muchos años.
Estas cuestiones también quedan plasmadas en el tema que la OMM ha elegido para el Día Meteorológico Mundial de 2018, que se celebra el 23 de marzo. Desarrollar comunidades “listas para el tiempo, preparadas para el clima” exige el suministro de servicios que capaciten a las instancias decisorias para la construcción de la resiliencia de la sociedad frente a los fenómenos meteorológicos extremos y al clima cambiante. Todo el mundo puede beneficiarse de un planteamiento integral que combina predicciones oportunas y fácilmente accesibles con sistemas de aviso eficaces y una mejor preparación. Muchos países han realizado progresos significativos en estos tres elementos, lo que con frecuencia implica una menor pérdida de vidas. Sin embargo, aún hay mucho más que se puede hacer para asegurar que todas las comunidades estén listas para el tiempo y preparadas para el clima.
Afortunadamente los continuos avances en la ciencia meteorológica y climática y en tecnología permitirán que la comunidad de la OMM mejore de forma continua los servicios que ofrece. Las herramientas de nuestra profesión incluyen mejores observaciones, investigación colaborativa, innovaciones en la prestación de servicios, compromiso de los usuarios, transferencia de tecnología, desarrollo de capacidades, formación técnica, nuevas asociaciones y alcance público. La comunidad de la OMM se ha comprometido a proporcionar a las instancias decisorias actuales y a las de las generaciones futuras la información y los servicios que necesitan para gestionar un medio ambiente cada vez más complejo y difícil.
Petteri Taalas
Secretario General