Un nuevo informe revela el modo en que los conocimientos climáticos potencian la fiabilidad de la transición hacia las energías renovables

Aspectos destacados

Renewable Energy Generation & Demand in 2023 (expressed as a percentage change from the 1991-2020 baseline)

Figure: Global annual deviations for the four energy indicators - wind, solar, hydropower and energy demand - as presented in the report. Deviations are expressed as percentages for 2023 relative to the 1991-2020 reference period average and are aggregated by region. Hatching is used to highlight negative values for easier identification. 

Note: The boundaries and names shown and the designations used on this map do not imply official endorsement or acceptance by WMO, the United Nations, IRENA or the European Union. 

Los principales indicadores energéticos (factores de capacidad de la energía eólica y de la energía solar, indicador indirecto de la energía hidroeléctrica, y demanda de energía) mostraron una importante variabilidad geográfica en 2023 en comparación con la media climática a largo plazo (1991-2020). En el contexto de unas condiciones más secas y cálidas fruto del episodio de El Niño, el factor de capacidad de la energía solar fotovoltaica aumentó un 3,9 % en América del Sur. Gracias a ello, se estima que la capacidad instalada en la Región —50 GW— pudo generar 3,5 TWh/año adicionales. Del mismo modo, en Asia oriental se logró un incremento del 4,1 % en la producción de energía eólica. Partiendo de los 420 GW de capacidad terrestre instalada, se calcula que se generaron 45 TWh adicionales, el 95 % de ellos en China.

Planificación energética sustentada en datos climáticos: En el informe se explican las posibles aplicaciones de los pronósticos estacionales en cuanto que valiosos instrumentos de planificación y gestión energética. Gracias a los pronósticos climáticos estacionales, las partes interesadas pueden anticipar las fluctuaciones en la oferta y la demanda, optimizar el funcionamiento de la red y potenciar la resiliencia del sistema energético. También propician una mejor preparación ante episodios meteorológicos extremos, garantizando la seguridad energética y minimizando las interrupciones.

Implicaciones en materia de políticas para la consecución de los objetivos de la Agenda 2030: Las matrices energéticas diversificadas —que combinan las energías eólica, solar e hidroeléctrica con tecnologías emergentes como la energía geotérmica y los sistemas de almacenamiento de energía— son esenciales para mitigar los efectos de la variabilidad del clima y el cambio climático en la gestión de las energías renovables y la generación de electricidad con este tipo de fuentes de energía.

La colaboración regional y las soluciones adaptadas al ámbito local también serán claves para equilibrar oferta y demanda, optimizar los flujos energéticos transfronterizos y construir infraestructuras energéticas resilientes.

La recopilación y el intercambio exhaustivos de datos sobre energía son esenciales para comprender mejor los efectos de la variabilidad del clima en la oferta y la demanda de energía.
Según se explica en el informe, optar por una estrategia basada en la colaboración y el uso de datos climáticos nos ayudará a avanzar con mayor celeridad hacia un futuro sostenible con emisiones netas cero.

También se recomienda la creación de nuevas estructuras de mercado que tengan en cuenta la flexibilidad de los nuevos sistemas basados en energías limpias.

Aunque África cuenta con abundantes recursos energéticos renovables, ese continente solo dispone del 2 % de la capacidad instalada a escala mundial. Al integrar recursos potenciales e información climática, los países pueden desarrollar eficazmente infraestructuras para las energías renovables que contribuyan a la industrialización y el crecimiento económico, acelerando el desarrollo sostenible en todo el continente.

Alcanzar el objetivo climático de 1,5 °C exige aumentos sustanciales de la capacidad energética de carácter renovable para 2030 y 2050.

La capacidad instalada de energía eólica superó los 1 000 GW en 2023, lo que supone un incremento del 13 % respecto a 2022. La energía solar ha crecido considerablemente más rápido que la eólica, dado que su capacidad instalada alcanzó los 1 420 GW en 2023, un 32 % más que en 2022. Por su parte, el incremento de la energía hidroeléctrica ha sido escaso, al alcanzar una capacidad instalada de unos 1 410 GW en 2023, un 1 % más que en 2022.

Según las previsiones, la energía eólica alcanzará una capacidad de aproximadamente 3 000 GW en 2030 y de 8 000 GW en 2050; la energía solar crecerá hasta lograr una capacidad de unos 5 400 GW en 2030 y de unos 18 000 GW en 2050, y la energía hidroeléctrica llegará hasta 1 500 GW en 2030 y 2 500 GW en 2050.

Estas cifras son congruentes con los objetivos establecidos en el Consenso de los Emiratos Árabes Unidos alcanzado en 2023 durante el 28º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 28) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)), donde también se hizo hincapié en la necesidad de triplicar la capacidad relativa a las energías renovables de aquí a 2030.

Además, la IRENA ha señalado importantes reducciones en los costos asociados a las tecnologías del ámbito de las energías renovables entre 2010 y 2023: los costos de la energía solar se redujeron aproximadamente en un 90 % y los de la energía eólica en cerca del 68 %.