El cambio climático es perjudicial para la salud, pero los servicios climáticos salvan vidas
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02 de noviembre de 2023
A medida que el mundo se calienta a un ritmo más rápido que en ningún otro momento desde que hay registros, la salud humana está en primera línea.
El cambio climático hace peligrar décadas de avances encaminados a mejorar la salud y el bienestar, especialmente en las comunidades más vulnerables. Los conocimientos y recursos científicos pueden ayudar a restablecer el equilibrio, pero no son suficientemente accesibles o utilizados, según se desprende de un nuevo informe multiinstitucional coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
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El informe anual de la OMM sobre el estado de los servicios climáticos se centra este año en la salud. En él se destaca la necesidad de disponer de información y servicios climáticos adaptados para apoyar al sector sanitario frente al aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y la mala calidad del aire, las variaciones en los patrones de las enfermedades infecciosas y la inseguridad alimentaria e hídrica.
"Prácticamente todo el planeta ha sufrido olas de calor este año. La aparición de El Niño en 2023 aumentará enormemente la probabilidad de que se sigan batiendo récords de temperatura, provocando más calor extremo en muchas partes del mundo y en el océano, y haciendo que el desafío sea aún mayor", afirma el Secretario General de la OMM, Prof. Petteri Taalas.
"Está claro que, encauzando la inversión e impulsando la colaboración, hay un enorme potencial para ir más lejos y más rápido potenciando los efectos de la ciencia y los servicios climáticos, de modo que los asociados del ámbito de la salud reciban el apoyo que necesitan en un momento en que los cambios sin precedentes de nuestro clima tienen un impacto cada vez mayor", afirma el profesor Taalas.
El informe, que incluye aportaciones de más de 30 asociados colaboradores, presenta estudios de casos de todo el mundo que muestran cómo la acción integrada en los ámbitos del clima y la salud marca una verdadera diferencia en la vida cotidiana de las personas. Ello incluye sistemas de alerta temprana para el calor extremo, el monitoreo del polen para ayudar a quienes sufren alergia y la vigilancia por satélite de enfermedades sensibles al clima.
"La crisis climática es una crisis sanitaria que impulsa fenómenos meteorológicos más graves e impredecibles, propicia brotes epidémicos y contribuye al aumento de las tasas de enfermedades no transmisibles", afirma el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Trabajando juntos para hacer que los servicios climáticos de alta calidad sean más accesibles al sector sanitario, podemos ayudar a proteger la salud y el bienestar de las personas que se enfrentan a los peligros del cambio climático".
Casi tres cuartas partes de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) facilitan datos climáticos al sector sanitario, pero su uso es limitado. Menos de una cuarta parte de los Ministerios de Salud disponen de un sistema de vigilancia de la salud que utilice información meteorológica para monitorear los riesgos para la salud sensibles al clima.
Panorama de las capacidades de servicios climáticos (sin desglosar por sectores)
WMO
Alertas Tempranas para Todos
Se prevé que se produzcan 560 desastres de mediana o gran magnitud al año o, lo que es lo mismo, 1,5 desastres al día para 2030. Según las cifras citadas en el informe, la mortalidad causada por desastres es ocho veces mayor en los países con una cobertura de alerta temprana limitada que en los países con una cobertura entre sustancial y completa.
Se dedica una sección especial al calor extremo, que causa la mayor mortalidad de todos los fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, se subestiman los impactos, ya que la mortalidad relacionada con el calor podría ser 30 veces superior a la que se registra actualmente. Solo en la mitad de los países afectados se prestan servicios de alerta por calor a los responsables de la toma de decisiones relacionadas con la salud, pero se prevé que la prestación de dichos servicios aumente rápidamente de aquí a 2027 en el marco de la iniciativa internacional Alertas Tempranas para Todos.
Entre 2000 y 2019, las muertes estimadas debidas al calor ascendieron aproximadamente a 489 000 al año, lo cual afectó especialmente a Asia (45 %) y Europa (36 %). Se estima que las condiciones de calor extremo registradas durante el verano de 2022 causaron más de 60 000 muertes adicionales en 35 países europeos.
Las olas de calor también agravan la contaminación atmosférica, que ya es responsable de unos 7 millones de muertes prematuras estimadas al año y constituye la cuarta causa de mortalidad por factor de riesgo para la salud.
El cambio climático exacerba los riesgos de inseguridad alimentaria. Durante el período comprendido entre 2012 y 2021, un 29 % más de superficie terrestre mundial se vio afectada por sequías extremas durante al menos un mes al año que en el período comprendido entre 1951 y 1960. Según las cifras citadas en el informe, los impactos combinados de las sequías y los días de ola de calor se asociaron a 98 millones de personas más que declararon sufrir inseguridad alimentaria de moderada a grave en 2020 que anualmente en 1981-2010, en 103 países analizados.
La evolución de las condiciones climáticas también propicia la transmisión de muchas enfermedades infecciosas transmitidas por vectores, alimentos y el agua que son sensibles al clima. Por ejemplo, el dengue es la enfermedad vectorial que más rápido se propaga en el mundo, mientras que la duración de la temporada de transmisión del paludismo ha aumentado en algunas partes del mundo.
Según el informe, algunos de los desafíos más importantes para la salud son el nexo entre el agua, la seguridad alimentaria y la nutrición, el nexo entre las enfermedades infecciosas (transmitidas por alimentos, el agua, el aire y vectores), y el nexo entre los fenómenos meteorológicos extremos y la calidad del aire, especialmente en las zonas urbanas.