Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial: somos mucho más que simples pronosticadores
El Día Meteorológico Mundial, que se celebra el 23 de marzo de cada año, pone de relieve los progresos —y las carencias— en materia de sistemas de pronóstico y alerta temprana, que salvan vidas y son esenciales para el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad a escala mundial en una era de cambios vertiginosos.

Este año se celebra el 75º aniversario de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en cuanto que organismo especializado de las Naciones Unidas. Entre otras cosas, la OMM supervisa el intercambio gratuito y sin restricciones de datos, productos y servicios que sustentan decisiones en ámbitos tan diversos como las actividades cotidianas de ocio o la siembra estacional de cultivos, sin olvidar la planificación de inversiones multimillonarias en infraestructura.
"Somos mucho más que simples pronosticadores", dijo Celeste Saulo. "La OMM protege el planeta y hace que sea un lugar más seguro y próspero".
La Organización trabaja para poner la ciencia al servicio de la acción en favor del bien común, una labor que es más necesaria que en ningún otro momento de su historia.
La OMM confirmó recientemente que 2024 fue el año más cálido jamás registrado. El calentamiento de los océanos y la subida del nivel del mar se están acelerando. El retroceso de los glaciares y el deshielo amenazan con entrañar cambios a largo plazo. Y todo ello va acompañado de un incremento de los fenómenos meteorológicos extremos, como ciclones tropicales que se intensifican rápidamente, lluvias devastadoras, mareas de tempestad, inundaciones, sequías mortales e incendios forestales.
"El tema del Día Meteorológico Mundial de este año, «Juntos, reduzcamos la brecha en los sistemas de alerta temprana», nos recuerda que, en esta nueva realidad climática, los sistemas de alerta temprana no son un lujo. Son una necesidad y son una inversión cabal, cuyo rendimiento multiplica casi por diez los montos invertidos", afirmó en un mensaje el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
"Sin embargo, casi la mitad de los países del mundo siguen sin tener acceso a estos sistemas que salvan vidas. Es deplorable que, en la era digital, se pierdan vidas y medios de subsistencia porque la gente no dispone de sistemas eficaces de alerta temprana", declaró.
El Día Meteorológico Mundial se celebra el 23 de marzo de cada año. Este evento pone de relieve la contribución fundamental que los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) aportan a la sociedad y a la creación de un mundo más seguro y más resiliente.
"El personal de los SMHN puede equipararse al personal médico y de enfermería: trabaja 24 horas al día, siete días a la semana, para salvaguardar y promover el bienestar de la población", explicó la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo.
"Durante los últimos 75 años, hemos aportado a la economía mundial un valor añadido del orden de miles de millones de dólares. Además, hemos evitado pérdidas económicas causadas por peligros meteorológicos, climáticos e hidrológicos valoradas en miles de millones. Sin olvidar los cientos de miles de vidas que hemos salvado", recordó.

Avances y carencias
Cada minuto de cada día, los datos fluyen desde estaciones de monitoreo de todo el mundo hasta los centros de predicción meteorológica. Hablamos de millones de mediciones obtenidas, entre otras fuentes, de estaciones terrestres, globos meteorológicos, boyas oceánicas, buques, aeronaves o satélites.
Sin la coordinación de la OMM y su red unificada, cada país se enfrentaría a la imposible tarea de recopilar por su cuenta datos de alcance mundial.
Aunque se han logrado notables avances en relación con las capacidades de pronóstico, persisten carencias en las redes de observación, la exactitud de las previsiones y el acceso a datos climáticos e hidrológicos de alta calidad.
Reforzar los SMHN de los países en desarrollo no solo es vital para la adaptación climática, sino que también es esencial para la resiliencia, la seguridad y la estabilidad económica del mundo.