Según la Organización Meteorológica Mundial, los ciclones de Mozambique son una "llamada de atención"

10 de junio de 2019

Una misión de investigación formula recomendaciones para la resiliencia futura / Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la devastación causada por los ciclones Idai y Kenneth, que azotaron Mozambique en un intervalo de pocas semanas, es una llamada de atención sobre el aumento de la cantidad de ciclones tropicales, inundaciones costeras y lluvias intensas de alto impacto vinculados al cambio climático.

Una misión de investigación formula recomendaciones para la resiliencia futura

Ginebra/Beira (Mozambique), 29 de mayo de 2019 (OMM) — Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la devastación causada por los ciclones Idai y Kenneth, que azotaron Mozambique en un intervalo de pocas semanas, es una llamada de atención sobre el aumento de la cantidad de ciclones tropicales, inundaciones costeras y lluvias intensas de alto impacto vinculados al cambio climático.

Mozambique_report

Una misión de investigación enviada a Mozambique por la OMM definió un conjunto de prioridades de reducción de riesgos de desastre a fin de fortalecer los sistemas de alerta temprana de esta nación del África Meridional y de reducir los daños socioeconómicos provocados por peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua, como los ciclones tropicales, las inundaciones y la sequía.

"Los dos ciclones son una llamada de atención sobre la necesidad de que Mozambique aumente su resiliencia", declaró Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, en un mensaje dirigido a una conferencia internacional sobre promesas de contribuciones destinada a obtener el apoyo necesario para la reconstrucción.

Afirmó que "aunque se prevé una disminución de la cantidad de ciclones tropicales a nivel mundial en el futuro, el número de ciclones tropicales más intensos (categorías 4 y 5), asociados con más lluvias, aumentará en un clima cada vez más cálido".

"El futuro aumento del nivel del mar exacerbará el impacto de las mareas de tempestad en las regiones costeras, lo que suscita preocupación por las inundaciones marinas, en particular en ciudades de baja altitud, como Beira", señaló Taalas. Esta situación ocasiona gran preocupación por la vulnerabilidad de Mozambique a las crecidas de los ríos y del mar.

El informe del equipo internacional de meteorólogos e hidrólogos, encabezado por Filipe Lúcio (OMM), se presentará en una conferencia internacional sobre promesas de contribuciones para Mozambique prevista para el 1 de junio en la ciudad costera de Beira.

Según el equipo de investigación, se necesita invertir casi 27 millones de dólares de los Estados Unidos en el sector meteorológico e hidrológico. Esa cantidad se destinaría, entre otras cosas, a la reconstrucción, la rehabilitación y la modernización de la infraestructura y el equipo, los estudios de tierras para cartografiar el riesgo de crecidas y la estimación satelital de precipitación, la mejora de los sistemas de gestión de bases de datos, la formación sobre los productos de predicción más recientes, la mejora de los procedimientos operativos normalizados y mejores herramientas de comunicación.

Dos ciclones consecutivos sin precedentes

Idai llegó a tierra en las cercanías de Beira el 14 de marzo, con categoría 4, provocando uno de los desastres meteorológicos más devastadores que hayan afectado al hemisferio sur. En unas horas cayó el equivalente a meses de lluvia.

Las consecuencias fueron desastrosas: el ciclón y las posteriores inundaciones causaron la muerte de más de 600 personas; se estima que 1 600 sufrieron heridas y más de 1,8 millones resultaron afectadas. Además, las pérdidas por daños a edificios, la infraestructura y la agricultura se cifraron en 773 millones de dólares.

"Cuando hay inundaciones, los mozambiqueños suelen refugiarse en los tejados de los edificios. Sin embargo, los feroces vientos de Idai arrancaron los tejados. La magnitud del ciclón, el tamaño de la marea de tempestad y la extensión de las inundaciones han opacado los esfuerzos que durante años han venido realizando las autoridades de Sofala para aumentar la resiliencia de las comunidades a las inundaciones", declaró Lúcio, ex director del Servicio Meteorológico Nacional de Mozambique.

"Es un aviso a tiempo sobre la escala futura de los desafíos que plantean conjuntamente la urbanización, y el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Se requerirá hacer mucho más hincapié en la necesidad de mejorar el uso del suelo y la planificación urbana y de las llanuras de inundación", según Lúcio.

La visita del equipo de investigación coincidió con el ciclón tropical Kenneth, el más intenso jamás registrado en la zona, que llegó a tierra el 25 de abril en la provincia de Cabo Delgado.

La misión de la OMM se centró en el ciclón Idai, especialmente en lo que respecta a los daños causados a los equipos hidrometeorológicos y a la coordinación y colaboración institucionales de los Servicios Meteorológicos, Hidrológicos y de gestión de desastres. Sin embargo, sus conclusiones generales tienen por objeto servir de base a los planes y las inversiones para fortalecer el sistema de alerta temprana mediante un enfoque multirriesgo y la gestión de riesgos de desastre en el país, sobre todo durante la reconstrucción, a fin de que se reconstruya mejor y se fortalezca la resiliencia de forma general.

Principales conclusiones

En el caso de Idai y Kenneth, si bien los avisos de ciclones tropicales —emitidos a través de la red operativa de la OMM, mediante su Centro Meteorológico Regional Especializado de La Reunión (Météo-France)— fueron de calidad, los avisos de crecidas resultaron problemáticos, y esta es un área que requiere especial atención.

"Sin embargo, el problema crucial fue entender el riesgo asociado con los avisos, entender lo que cada persona tenía que hacer y la limitada capacidad de respuesta ", se afirmó en el informe.

Debe simplificarse la comunicación de los mensajes e incluirse una indicación de los posibles impactos. La misión señaló que la educación y la sensibilización debían realizarse de forma continua.

La alerta temprana solo puede ser eficaz si se complementa con prácticas eficaces de gestión de desastres. Hace falta:

  • contar con prácticas eficaces de gestión de las llanuras de inundación, incluidos el uso del suelo y la planificación urbana;
  • actualizar los códigos de construcción para que los edificios resistan los intensos vientos de los ciclones tropicales;
  • disponer de una infraestructura polivalente que sirva como refugio en caso de ciclones tropicales y como alojamiento durante las inundaciones; y
  • dar consideración a las medidas estructurales de protección y gestión, cuando proceda.

El equipo de la OMM detectó importantes deficiencias en la preparación, la coordinación de emergencias y la respuesta ante situaciones de emergencia, entre otras:

  • la ausencia de un sistema de comunicación que pueda utilizarse en caso de fallo de los medios habituales de comunicación en operaciones de alerta y emergencia;
  • una planificación ineficaz del uso del suelo y una aplicación inefectiva de las medidas para una gestión eficaz de las llanuras de inundación;
  • la ausencia de un plan de evacuación en ciudades como Beira, Búzi y Dondo;
  • la existencia de códigos de construcción inadecuados para eventos de la magnitud del ciclón Idai;
  • la limitada capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia de las principales autoridades del gobierno central y local; y
  • la ausencia de un enfoque integrado para los sistemas de alerta temprana multirriesgo.

Vulnerabilidad

Mozambique está aguas abajo de nueve importantes cuencas fluviales. Está expuesto al impacto devastador de las crecidas, aunque los ríos también pueden tener caudales bajos en época de sequía debido a que el agua se utiliza aguas arriba, lo que exacerba el impacto de la sequía.

Las mayores inundaciones registradas recientemente se produjeron en el año 2000, cuando semanas de fuertes lluvias agravadas por el ciclón tropical Eline causaron la muerte de 700 personas y afectaron a 2 millones de personas.

Con un litoral de 2 700 kilómetros en el suroeste del océano Índico, Mozambique se ve afectado por una tormenta tropical o un ciclón cada dos años en promedio, aunque Madagascar a menudo actúa como amortiguador.

Las proyecciones sobre el cambio climático indican una disminución mundial del número de ciclones y tormentas tropicales. Sin embargo, se prevé que puedan aumentar su intensidad máxima y las precipitaciones asociadas. El futuro aumento del nivel del mar exacerbará el impacto de las mareas de tempestad en las regiones costeras, en el supuesto de que todos los demás factores se mantengan estables.

En los próximos decenios, es probable que el impacto directo aumente en las zonas meridionales, como la provincia de Maputo, que nunca ha sufrido el impacto directo de una tormenta tropical ni de un ciclón tropical, y la provincia de Gaza, que ha sido azotada solo una vez por estos vientos (el ciclón Domoina, en 1984).

Para más información, diríjase a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: cnullis@wmo.int. Teléfono móvil: 41797091397

Notas para los editores
La Organización Meteorológica Mundial envió a Mozambique a una misión de expertos a fin de evaluar las necesidades y las capacidades del Instituto Nacional de Meteorología (INAM) y la Dirección Nacional de la Gestión de los Recursos Hídricos (DNGRH), así como su coordinación con el Instituto Nacional de Gestión de Desastres (INGC) respecto de un Sistema de Alerta Temprana Multirriesgos de Extremo a Extremo en el contexto de la gestión de riesgos de desastre.

La elaboración de este informe ha sido posible gracias al apoyo de la OMM, Météo-France y la Oficina Meteorológica del Reino Unido, que también pusieron personal a disposición de la misión. La misión fue acogida por el Instituto Nacional de Meteorología de Mozambique. Los expertos de la misión consultaron con numerosas instituciones nacionales e internacionales, incluidos el Ministro de Transporte y Comunicaciones y de Obras Públicas y Vivienda, y el Viceministro de Tierras, Medio Ambiente y Desarrollo Rural. El equipo también se reunió con el gobernador de la provincia de Sofala, el alcalde de la ciudad de Beira y los organismos técnicos asociados de Beira.

Notas a los editores

Una misión de investigación formula recomendaciones para la resiliencia futura

Ginebra/Beira (Mozambique), 29 de mayo de 2019 (OMM) — Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la devastación causada por los ciclones Idai y Kenneth, que azotaron Mozambique en un intervalo de pocas semanas, es una llamada de atención sobre el aumento de la cantidad de ciclones tropicales, inundaciones costeras y lluvias intensas de alto impacto vinculados al cambio climático.

Mozambique_report

Una misión de investigación enviada a Mozambique por la OMM definió un conjunto de prioridades de reducción de riesgos de desastre a fin de fortalecer los sistemas de alerta temprana de esta nación del África Meridional y de reducir los daños socioeconómicos provocados por peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua, como los ciclones tropicales, las inundaciones y la sequía.

"Los dos ciclones son una llamada de atención sobre la necesidad de que Mozambique aumente su resiliencia", declaró Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, en un mensaje dirigido a una conferencia internacional sobre promesas de contribuciones destinada a obtener el apoyo necesario para la reconstrucción.

Afirmó que "aunque se prevé una disminución de la cantidad de ciclones tropicales a nivel mundial en el futuro, el número de ciclones tropicales más intensos (categorías 4 y 5), asociados con más lluvias, aumentará en un clima cada vez más cálido".

"El futuro aumento del nivel del mar exacerbará el impacto de las mareas de tempestad en las regiones costeras, lo que suscita preocupación por las inundaciones marinas, en particular en ciudades de baja altitud, como Beira", señaló Taalas. Esta situación ocasiona gran preocupación por la vulnerabilidad de Mozambique a las crecidas de los ríos y del mar.

El informe del equipo internacional de meteorólogos e hidrólogos, encabezado por Filipe Lúcio (OMM), se presentará en una conferencia internacional sobre promesas de contribuciones para Mozambique prevista para el 1 de junio en la ciudad costera de Beira.

Según el equipo de investigación, se necesita invertir casi 27 millones de dólares de los Estados Unidos en el sector meteorológico e hidrológico. Esa cantidad se destinaría, entre otras cosas, a la reconstrucción, la rehabilitación y la modernización de la infraestructura y el equipo, los estudios de tierras para cartografiar el riesgo de crecidas y la estimación satelital de precipitación, la mejora de los sistemas de gestión de bases de datos, la formación sobre los productos de predicción más recientes, la mejora de los procedimientos operativos normalizados y mejores herramientas de comunicación.

Dos ciclones consecutivos sin precedentes

Idai llegó a tierra en las cercanías de Beira el 14 de marzo, con categoría 4, provocando uno de los desastres meteorológicos más devastadores que hayan afectado al hemisferio sur. En unas horas cayó el equivalente a meses de lluvia.

Las consecuencias fueron desastrosas: el ciclón y las posteriores inundaciones causaron la muerte de más de 600 personas; se estima que 1 600 sufrieron heridas y más de 1,8 millones resultaron afectadas. Además, las pérdidas por daños a edificios, la infraestructura y la agricultura se cifraron en 773 millones de dólares.

"Cuando hay inundaciones, los mozambiqueños suelen refugiarse en los tejados de los edificios. Sin embargo, los feroces vientos de Idai arrancaron los tejados. La magnitud del ciclón, el tamaño de la marea de tempestad y la extensión de las inundaciones han opacado los esfuerzos que durante años han venido realizando las autoridades de Sofala para aumentar la resiliencia de las comunidades a las inundaciones", declaró Lúcio, ex director del Servicio Meteorológico Nacional de Mozambique.

"Es un aviso a tiempo sobre la escala futura de los desafíos que plantean conjuntamente la urbanización, y el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Se requerirá hacer mucho más hincapié en la necesidad de mejorar el uso del suelo y la planificación urbana y de las llanuras de inundación", según Lúcio.

La visita del equipo de investigación coincidió con el ciclón tropical Kenneth, el más intenso jamás registrado en la zona, que llegó a tierra el 25 de abril en la provincia de Cabo Delgado.

La misión de la OMM se centró en el ciclón Idai, especialmente en lo que respecta a los daños causados a los equipos hidrometeorológicos y a la coordinación y colaboración institucionales de los Servicios Meteorológicos, Hidrológicos y de gestión de desastres. Sin embargo, sus conclusiones generales tienen por objeto servir de base a los planes y las inversiones para fortalecer el sistema de alerta temprana mediante un enfoque multirriesgo y la gestión de riesgos de desastre en el país, sobre todo durante la reconstrucción, a fin de que se reconstruya mejor y se fortalezca la resiliencia de forma general.

Principales conclusiones

En el caso de Idai y Kenneth, si bien los avisos de ciclones tropicales —emitidos a través de la red operativa de la OMM, mediante su Centro Meteorológico Regional Especializado de La Reunión (Météo-France)— fueron de calidad, los avisos de crecidas resultaron problemáticos, y esta es un área que requiere especial atención.

"Sin embargo, el problema crucial fue entender el riesgo asociado con los avisos, entender lo que cada persona tenía que hacer y la limitada capacidad de respuesta ", se afirmó en el informe.

Debe simplificarse la comunicación de los mensajes e incluirse una indicación de los posibles impactos. La misión señaló que la educación y la sensibilización debían realizarse de forma continua.

La alerta temprana solo puede ser eficaz si se complementa con prácticas eficaces de gestión de desastres. Hace falta:

  • contar con prácticas eficaces de gestión de las llanuras de inundación, incluidos el uso del suelo y la planificación urbana;
  • actualizar los códigos de construcción para que los edificios resistan los intensos vientos de los ciclones tropicales;
  • disponer de una infraestructura polivalente que sirva como refugio en caso de ciclones tropicales y como alojamiento durante las inundaciones; y
  • dar consideración a las medidas estructurales de protección y gestión, cuando proceda.

El equipo de la OMM detectó importantes deficiencias en la preparación, la coordinación de emergencias y la respuesta ante situaciones de emergencia, entre otras:

  • la ausencia de un sistema de comunicación que pueda utilizarse en caso de fallo de los medios habituales de comunicación en operaciones de alerta y emergencia;
  • una planificación ineficaz del uso del suelo y una aplicación inefectiva de las medidas para una gestión eficaz de las llanuras de inundación;
  • la ausencia de un plan de evacuación en ciudades como Beira, Búzi y Dondo;
  • la existencia de códigos de construcción inadecuados para eventos de la magnitud del ciclón Idai;
  • la limitada capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia de las principales autoridades del gobierno central y local; y
  • la ausencia de un enfoque integrado para los sistemas de alerta temprana multirriesgo.

Vulnerabilidad

Mozambique está aguas abajo de nueve importantes cuencas fluviales. Está expuesto al impacto devastador de las crecidas, aunque los ríos también pueden tener caudales bajos en época de sequía debido a que el agua se utiliza aguas arriba, lo que exacerba el impacto de la sequía.

Las mayores inundaciones registradas recientemente se produjeron en el año 2000, cuando semanas de fuertes lluvias agravadas por el ciclón tropical Eline causaron la muerte de 700 personas y afectaron a 2 millones de personas.

Con un litoral de 2 700 kilómetros en el suroeste del océano Índico, Mozambique se ve afectado por una tormenta tropical o un ciclón cada dos años en promedio, aunque Madagascar a menudo actúa como amortiguador.

Las proyecciones sobre el cambio climático indican una disminución mundial del número de ciclones y tormentas tropicales. Sin embargo, se prevé que puedan aumentar su intensidad máxima y las precipitaciones asociadas. El futuro aumento del nivel del mar exacerbará el impacto de las mareas de tempestad en las regiones costeras, en el supuesto de que todos los demás factores se mantengan estables.

En los próximos decenios, es probable que el impacto directo aumente en las zonas meridionales, como la provincia de Maputo, que nunca ha sufrido el impacto directo de una tormenta tropical ni de un ciclón tropical, y la provincia de Gaza, que ha sido azotada solo una vez por estos vientos (el ciclón Domoina, en 1984).

Para más información, diríjase a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: cnullis@wmo.int. Teléfono móvil: 41797091397

Notas para los editores
La Organización Meteorológica Mundial envió a Mozambique a una misión de expertos a fin de evaluar las necesidades y las capacidades del Instituto Nacional de Meteorología (INAM) y la Dirección Nacional de la Gestión de los Recursos Hídricos (DNGRH), así como su coordinación con el Instituto Nacional de Gestión de Desastres (INGC) respecto de un Sistema de Alerta Temprana Multirriesgos de Extremo a Extremo en el contexto de la gestión de riesgos de desastre.

La elaboración de este informe ha sido posible gracias al apoyo de la OMM, Météo-France y la Oficina Meteorológica del Reino Unido, que también pusieron personal a disposición de la misión. La misión fue acogida por el Instituto Nacional de Meteorología de Mozambique. Los expertos de la misión consultaron con numerosas instituciones nacionales e internacionales, incluidos el Ministro de Transporte y Comunicaciones y de Obras Públicas y Vivienda, y el Viceministro de Tierras, Medio Ambiente y Desarrollo Rural. El equipo también se reunió con el gobernador de la provincia de Sofala, el alcalde de la ciudad de Beira y los organismos técnicos asociados de Beira.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es un organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de promover la cooperación internacional en ciencias atmosféricas y meteorología.

La OMM monitorea el tiempo, el clima y los recursos hídricos y brinda apoyo a sus Miembros en materia de pronóstico y mitigación de desastres. Con su labor, la Organización respalda firmemente el fomento de los conocimientos científicos, el refuerzo de la seguridad pública 
y el aumento del bienestar.

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