Los Miembros de la OMM trabajan juntos en lo bueno y en lo malo

16 de noviembre de 2020
  • Author(s):
  • por Gavin Iley, Secretaría de la OMM

La actual pandemia mundial ha demostrado que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) es mucho más que el organismo científico oficial de las Naciones Unidas sobre el clima, el tiempo y el agua a nivel mundial: es una familia que aúna esfuerzos en tiempos difíciles, algo que se hizo evidente en las respuestas a algunas preguntas adicionales incluidas en la encuesta inicial de la Secretaría de la OMM preparada para evaluar los efectos de las restricciones por la COVID-19 en la capacidad operativa de sus Miembros. Una de las preguntas formuladas fue: “¿Consideraría la posibilidad de brindar apoyo a otros Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) durante la crisis de la COVID-19 si se le pidiera?”. La inmensa mayoría de los encuestados respondieron “¡Sí!”.

Y cumplieron su promesa. Cuando el ciclón Amphan se formó en el golfo de Bengala en plena primera ola de la pandemia de COVID-19, la Administración Meteorológica de China se puso en contacto con sus colegas del Departamento Meteorológico de Bangladesh para ofrecerles apoyo adicional para sus actividades de modelización. Tras un terremoto a finales de marzo en Croacia, que dañó algunas de las infraestructuras clave del Servicio Meteorológico e Hidrológico de aquel país, el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF), con el apoyo de la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), ayudó a mantener la capacidad de producción del Servicio Meteorológico croata asegurando así la continuidad del servicio en los siguientes meses.

La voluntad y el entusiasmo de los Miembros de la OMM para echar una mano y ayudar a sus colegas no son una mera consecuencia de la pandemia. El espíritu de equipo en la OMM se ha nutrido y fortalecido a lo largo de los 70 años de historia de la Organización y ya existía en su predecesora, la Organización Meteorológica Internacional. El concepto de “familia” es omnipresente en toda la OMM y es claramente visible en todos los ámbitos de su trabajo.

Apoyo bilateral y multilateral

En momentos de necesidad, la ayuda está siempre a mano. Esto se hizo evidente en 2019 durante el paso del ciclón Idai, y después del mismo, cuando varios SMHN proporcionaron apoyo a sus colegas de Mozambique. A lo largo de la crisis del ébola en África occidental, cuando el Departamento Meteorológico de Sierra Leona se vio sometido a una presión sin precedentes, los compañeros del Servicio Meteorológico de Nigeria intervinieron para ofrecer su apoyo a través de Internet con objeto de asegurar el mantenimiento de los servicios a las autoridades locales y a la población. Después del devastador terremoto de Haití de 2010, Météo-France puso en marcha un servicio de predicción exclusivo para sus colegas haitianos a fin de asegurar la disponibilidad de las predicciones y los avisos esenciales durante las fases de respuesta y recuperación. Estas asociaciones bilaterales son un ejemplo de cómo la familia de la OMM trabaja unida, pero hay muchos más.

A nivel multilateral, Irlanda, el Reino Unido y los Estados Unidos de América disponen de un mecanismo oficial de colaboración que se activa cuando una tormenta tropical amenaza las aguas irlandesas y británicas. Antes de sus respectivas temporadas de ciclones tropicales, los Miembros se unen en el ámbito regional para asegurar que los planes de respuesta colectiva, mitigación y apoyo mutuo sigan siendo adecuados para la temporada que se avecina. A un plano más operativo, los Centros Meteorológicos Mundiales, los Centros Regionales de Apoyo a las Predicciones y la red de Centros Meteorológicos Regionales Especializados proporcionan análisis y orientación de un nivel al siguiente y los sintetizan para sus colegas en el ámbito nacional.

Apoyo a las iniciativas humanitarias

Los Miembros también trabajan juntos para respaldar de una forma más amplia la respuesta frente a las crisis. En el invierno de 2015/2016 del hemisferio norte, miles de refugiados huyeron de Siria a Europa occidental, recorriendo una distancia de más de 1000 kilómetros. Miembros de la OMM de toda Europa, en particular los del sureste, se unieron para proporcionar a los organismos de socorro de las Naciones Unidas predicciones e información meteorológicas que resultaron fundamentales para sus mecanismos de respuesta. Aunque seguramente lo más importante fue que transmitieron conocimientos locales muy específicos que permitieron determinar las probables consecuencias sobre el terreno de las condiciones pronosticadas. Esta información adicional habría sido difícil de obtener sin sus competencias y conocimientos locales.

Un ejemplo más es la Asociación ARISTOTLE, a través de la cual los SMHN de Europa, en asociación con colegas del campo de la ciencia geofísica, proporcionan al Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias de la Comisión Europea (CECRE) un servicio exclusivo de respuesta a emergencias multirriesgos las 24 horas del día.

Además, la familia de la OMM apoya varias iniciativas de acción temprana y de financiación basadas en predicciones nacionales y regionales. Para ello, trabaja en asociación con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, así como con organismos de las Naciones Unidas, para asegurar que las instancias decisorias y las comunidades locales reciban asesoramiento sobre fenómenos meteorológicos extremos que tenga en cuenta los impactos con la antelación necesaria para que puedan adoptar medidas. Por ejemplo, el Departamento Meteorológico de Bangladesh y el Centro Nacional de Predicción y Aviso de Crecidas ofrecieron apoyo técnico al equipo humanitario de las Naciones Unidas en el país (en el que están representados la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Fondo de Población de las Naciones Unidas entre otros) y a la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh para llevar a cabo con éxito una acción preventiva durante las crecidas monzónicas de 2020. Esto permitió a las Naciones Unidas liberar 5,2 millones de dólares de los Estados Unidos de Fondos Centrales para la Acción en Casos de Emergencia en un tiempo récord, apoyando así a quienes lo necesitaban desesperadamente.

Los SMHN también se reúnen con expertos de otras disciplinas técnicas en el marco de los Foros Regionales sobre la Evolución Probable del Clima (FREPC) para elaborar declaraciones de predicciones estacionales consensuadas que ayudan a gobiernos y asociados para el desarrollo a planificar iniciativas de mitigación de riesgos antes de que tengan lugar los sucesos, reduciendo así el riesgo de que finalmente se produzcan situaciones de crisis.

Inversión tanto en asociaciones como en servicios

Estos son solo algunos ejemplos de las muchas áreas de estrecha colaboración y cooperación en la familia de la OMM. Esta cooperación mejora el suministro de información meteorológica, climática e hidrológica autorizada a la población, a las instancias encargadas de la formulación de políticas y a otras instancias decisorias con el fin de asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales y la seguridad de la población con independencia del reto que deba afrontarse.

¿Por qué funciona esta colaboración? ¿Cuáles son sus características fundamentales? Y lo que es más importante, ¿cómo se mantiene la arquitectura de colaboración y apoyo oficial y, en ocasiones, oficiosa?

Una característica común esencial es la inversión equitativa en tiempo y energía para crear y mantener asociaciones y servicios. En nuestro complejo mundo, cada institución tiene su propia declaración de principios, metas y planes estratégicos. Como rara vez son iguales, cada asociado tendrá una “visión” ligeramente diferente del mundo, lo que influirá en sus compromisos y asociaciones. Por lo tanto, es necesario establecer canales de comunicación claros y transparentes. Con el tiempo, con contactos e intercambios renovados, se desarrollan relaciones personales y se genera confianza. Por consiguiente, los asociados se sienten más libres para transmitir sus ideas y se encuentran soluciones que les permiten colaborar para avanzar juntos. Pero el ingrediente principal sigue siendo la inversión equitativa en el desarrollo de asociaciones y en la prestación de servicios.

Forjar asociaciones sostenibles puede ser, en el mejor de los casos, un desafío difícil; mayor aún durante la crisis de la COVID-19. Ya no nos reunimos en persona y hay menos oportunidades de entablar relaciones a través de conversaciones informales con un café o un refresco. En las reuniones no hay conversaciones tranquilas entre bambalinas para resolver problemas, por lo que no hay oportunidad de explicar lo que “realmente” se quiere decir cuando se hace una declaración formal en nombre de una organización durante una reunión oficial. En el mundo marcado por la COVID, todo se organiza con anticipación; Teams, Webex y otras plataformas de videoconferencia están a la orden del día (actualmente tengo diez aplicaciones para conferencias instaladas en mi teléfono). El establecimiento de vínculos fuertes requiere un trabajo más duro e incluso más tiempo, ¿tal vez el tiempo que se ahorra al no tener que viajar por el mundo en aviones, trenes y automóviles?

Con la Secretaría de la OMM como facilitadora, los Miembros de la OMM han trabajado juntos en lo bueno y en lo malo. Naturalmente, como en cualquier asociación, ha habido discusiones y desacuerdos. Sin embargo, durante los últimos 70 años nuestra comunidad ha seguido adelante, propiciando avances científicos y produciendo servicios mejores y más oportunos. Uno de los logros más significativos de esta familia es el principio por el cual los datos de observación de todos los Miembros se intercambian de forma gratuita para alimentar una maquinaria de predicción meteorológica mundial hambrienta de datos.

A medida que continuemos avanzando, el desarrollo del Sistema Mundial de Alerta Multirriesgos agregará alertas fiables a esta mina de oro de información en expansión. Nuestros colegas de las Naciones Unidas y los organismos humanitarios están incorporando en sus arquitecturas decisorias cada vez más información hidrometeorológica que tiene en cuenta los impactos y la OMM no ceja en su empeño de crear mejores productos que los ayuden. El Mecanismo de Coordinación de la OMM garantizará que la experiencia y el conocimiento de nuestra familia meteorológica estén fácilmente disponibles para servir a las Naciones Unidas y a las iniciativas humanitarias.

Sin embargo, en el camino que nos llevará a cumplir otros 70 años, nos encontraremos con un mundo en el que el cambio climático habrá aumentado los riesgos hidrometeorológicos y habrá incrementado la vulnerabilidad de las poblaciones. Por lo tanto, es más importante que nunca que la familia de la OMM “arrime el hombro” para suministrar los servicios y el asesoramiento que ayudarán a salvar vidas y proteger medios de subsistencia. Al volver la vista hacia atrás para redactar este artículo y reflexionar sobre mis más de 30 años trabajando en el campo hidrometeorológico, tengo plena confianza en que nuestra familia de la OMM estará más que a la altura de este desafío.

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